("Que gran verdad, que quien más te quiere te hará llorar...")
Cierta vez encontré un gorrión olvidado en un rincón. Era inocente, inmaduro, frágil. No sabía volar.
Extrañamente lo recogí, se que no debía pues estas avecillas suelen ser traicioneras e impredecibles. Aún así pude ver en sus alas, en sus ojos, en su voluntad esas ganas de aprender, de retribuir lo que un día con paciencia y después de dudas le pude mostrar: LIBERTAD.
Conoció mas allá de sus fronteras, y se fue. Olvidó decir "Gracias, por ti volveré", quizás no se lo enseñé y mis ganas de hacerla mía hicieron caer en sus ojos aquel viento lleno de desprecio que muy gentilmente en su última vez frente a mis ojos mostró. No puedo ser culpable de sus defectos pero si el causante de sus virtudes, de aquellas que hoy debajo de mis sueños, de los recuerdos, de los intentos solo me toca olvidar.
Suerte en todo, se que tus alas hoy día acarician otros vientos, pero descuida, date por segura y tranquila que ninguno de esos vientos tendrá algo mío. ¡Good Bye! amore mio...
Sin cielo por ahora...
El último viento de este encuentro tan cerrado
se ha llevado consigo el orgullo de mi sentimiento
y me ha tomado de la mano alejándome del momento
injusto y razonable del pasado.
Solo me queda ir tras de el,
porque tú no irás mas en busca mía
porque tus palabras han mandado mi alegría
en un tonto y absurdo avión de papel
Tal vez no debí siquiera enamorarme
y como siempre lo hice, debí solo escucharte
ahora solo abrazo mi café y comienzo a recordarme
que sería muy extraño el propio mundo, de tan solo desnudarte.
Y este humo, ¿de qué me vale ahora?
solo estropea mi visión a lo que hago
y en instante se lleva alguna lágrima y la evapora
¿pero de qué me sirve? Si solo es ilusión, pero no de un mago
sino de tu magia que alborota mis estragos
que sigue gritando en silencios tan inusuales
pero no se da cuenta ni del tiempo, ni los sueños ni las horas
tan solo en hacer que mas encuentros sean casuales
y tener que recordar en cada instante
que eres la daga, que mi corazón atesora.
¿Qué me observas reloj? También quieres ser parte de mi historia
en mi vida jugaste mucho al escondite
y no quisiste ser motivo de mis victorias
tan solo motivaste a todas mis memorias
a tener que dejarme ir, y callarme para que no grite…
En conclusión, no estoy solo, tal vez no lo estuve
¿o no soledad? Eterna compañera a la cual caso no le hice
tal vez tu si quisieras estar conmigo por siempre,
si te dijera que no, ¿dolería en el fondo de ti tan profunda respuesta?
me harías un favor si se lo dijeras a ella,
a quien llamo y no contesta
a quien ama y no lo dice
pues si callaras, tenme por seguro a tu lado
recordando tus motivos,
tan feliz de mi tristeza….