jueves, 26 de marzo de 2015

Marbú


Ocho de la mañana, corriendo como siempre para marcar y subir al último piso. Hora del primer café. En el camino se me había perdido una entrada antigua que había guardado con tanto cariño. Guardar algo por tanto tiempo para perderlo de una manera tonta y no darse si quiera cuenta, debería doler. Pero el dolor es dulce con las tres cucharadas de azúcar que acaban de caer sobre la taza. Igual cantidad de café.

En esta vida siempre se pierden mucho más cosas de las que se ganan. Uno pierde más tiempo del que gana consiguiendo algo. Uno pierde la vergüenza para ganar las cosas que nunca ganamos. Perdemos incluso la noción del tiempo intentando detenerlo. Sin ir muy lejos, he perdido el respeto por mí mismo intentando que otros me respeten y eso a la larga ha sido un sacrificio. Es tiempo de perder, más bien, las cosas que no valen la pena. Empecé por perder una gangrena que atacaba mis sentidos. Continué perdiendo los miedos y ganando destinos. Perdí el camino seguro y gané parte de un camino estrecho pero tranquilo. A veces, pienso, las cosas que se pierden a largo plazo son necesarias para ganancias pequeñas. Solo a veces, porque en caso de negocios, todo lo demás, no aplica.

Once de la mañana, había que escoger un nombre para un proyecto. La noche anterior le había escrito a D. para anunciarle un par de propuestas. Ninguna calificaba. Por la mente ya se me había ocurrido nombrar a este proceso “Marbú”.

¿Qué significa eso?

Bueno, no lo se, o tal vez sí. Lo tengo más que claro. Cogí el celular e improvisé un poema extenso que se repartieron en diez mensajes cortos.

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"He soñado ver a mis ojos abrazados a los tuyos, declarándote el amor tan solo con miradas, porque cuando tú me miras el amor se me cuela por los poros de la piel aleteando como mariposas encantadas.

He soñado ver a mis ojos abrazados a los tuyos, parpadeando en clave morse el idioma de tu espalda, porque cuando tú me hablas ambos brazos se me encadenan apresando el país de tu cintura a la frontera de tu falda.


He soñado ver a mis ojos abrazados a los tuyos, explorando el universo entre cascadas, porque cuando tú me abrazas absorbes con un beso el aire de mis pulmones, y yo, medio vivo y medio muerto, libero las sonrisas que me guardas en cada madrugada"

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Entonces entendí.
Marbú debe ser algo más que las iniciales de tu nombre, debe ser algo que se encuentra más allá del cariño, un paso más lejano al entendimiento y la satisfacción. Es justo esa palabra que buscas cuando decir te quiero ya no alcanza. Debe ser como la ciudad escondida en donde puedes burlar todas las leyes sin ir preso o ser sentenciado por algo que declaras ser incorrectamente correcto. Si habría que fundar una ciudad, le pondría así. Porque encierra toda la perseverancia y dedicación que se ha puesto para esto. Si habría que inventar una palabra para el diccionario encajaría encerrando todos los términos posibles e imposibles para desear, querer y necesitar algo. Si tendría que ser parte de un poema sería para reemplazar esas palabras que te toman mucho tiempo encontrar. Marbú debe ser algo más que cinco letras escritas con tilde, debería ser algo más que un sustantivo inexplicable. Debería ser algo más que las iniciales de tu nombre o la descripción exacta de tus ojos que de vez en cuando dicen cosas ambiguas. Marbú debería ser algo así, como el sello personal de algo que nos mueve, que tiene las cosas precisas y necesarias para poder y no poder contigo. La base de algo que buscábamos y que al final encontramos.

Debería ser eso, pero por hoy, es el azúcar de mi café, y es el nombre de un nuevo proyecto.



miércoles, 4 de marzo de 2015

Entre sueños y cuentos


Entre sueños y cuentos
Eres frágil, como un sueño,
Tu sonrisa la compartes con el mundo,
Tus anhelos ya no caben en un pozo de deseos,
Eres el ángel de nuestros milagros más profundos.

Tu timidez agranda corazones,
Tu inteligencia sorprende a los mejores,
Tu inocencia enamora a los tristones,
Tu sola presencia es sinónimo de emoción.

Juegas al compás de lo indescriptible,
Iluminas los caminos solo con palabras,
Abres todas las puertas imposibles
Solo con decir que la felicidad radica en tu mirada.

Eres el amor que el amor merece,
Y lo demuestras regalando una flor, una rosa o una planta
Y lo evocas en cada sentimiento que no dices,
Acompañando tu alegría con su mirada.

Aprendes al compás de los cohetes espaciales,
y no te quedas con lo que retienes,
tienes la compasión pura como coartada
y alegras vidas porque aunque no lo sepas,
esa es la vida que tienes como símbolo de llegada.

Y entonces mientras no lo ves,
Tu alma vuela como ave entre las nubes
Y desde arriba logras ver las maravillas de este cielo
Desde arriba logras llegar al final del horizonte,
Y tu vida transcurre entre animales y juegos,
Entre sonrisas y paseos,
Entre sueños y cuentos.
eres feliz, y es suficiente.


Eres el mar


Eres el mar.
Tres vidas juntas avanzan a pesar de la neblina,
Tres brazos que se cogen mutuamente
Tres horizontes distintos buscando lo mismo.
Tres de la tarde, estamos aquí.

Mujer de la vida de alguien,
Tú eres el mar, y yo solo un río,
Y la vida que alumbraste ríe también
mientras me quito algunas palabras solo por placer.

El agua está helada,
Tu aliento está algo helado,
Incluso las piedras tienen esa uniformidad helada.
¿me compras un helado?

Mujer de la vida de alguien,
eres el mar, y yo un río,
Y la vida ríe también
mientras me quito algunas palabras solo por placer.

Tres asientos amarillos,
Tres cobertores naranjas,
Tres ilusiones que se fueron
Con la neblina de una playa desalmada.

Mujer de la vida de alguien,
eres el mar, y yo río,
Y la vida ríe.
mientras
me quito algunas palabras solo por placer.

Eres la vida eterna solo por hoy,
Eres la magia interna, solo por volver,
Eres la luz clarísima que refleja sobre tus olas.
Eres el sol que se oculta en este atardecer.

Mujer de la vida de alguien,
eres el mar, yo río,
Y ríe.
mientras
me quito algunas palabras solo por placer.

El día se apaga y espero tu adiós
El día oscurece pero el corazón brilla
El día entristece porque te alejas del bus
El día termina, pero el amor crece contigo.

Mujer de la vida de alguien,
eres mar,
yo,
ríe.
mientras
me quito algunas palabras
esperando sentirte volver.


L.P. 22.02.15


Las cosas que a nadie le importa.



“Señor, usted está acostumbrado a mirar la preocupación de otros, más no se preocupa por sí mismo”

No todas las mañanas uno se levanta con los mejores ánimos de ir a un psicólogo. Ignoro su trabajo a pesar de que siempre quise ser uno de ellos.

No todas las mañanas uno encuentra dos líneas de mensaje cuando esperaba al menos tres, cuatro o diez.

No todas las mañanas uno llama a un número al que no marcaba hace mucho tiempo solo para saber si aún está activo, esperando pienso, a que me atreva a marcarlo y preguntar si está bien.

No todas las mañanas uno deja que la migraña se apodere solo para no depender de las pastillas, dicen que pasando los 40° uno empieza con las alucinaciones y pensé ¿será diferente a lo que ya tengo en la vida real?

Tengo un grave problema emocional y mental que se agravó gracias a la cortesía de un amor enfermizo y poco considerado y a la buena voluntad que le puse a mi propia ansiedad. Mi inseguridad ha sido cosa del pasado, ha sido cosa del presente y probablemente siga siendo cosa del futuro pero no por mucho tiempo, al menos creo, que si reviso la vida hacía atrás las ganas de cambiar me retuercen tanto. Tanto que opté por buscar a un psicólogo de verdad y no a los acostumbrados psicólogos de esquina, de barrio, del teléfono, del Facebook.

No todas las mañanas uno espera despertarse y creer que con una cita el mundo como se conoce cambiará. El mundo como lo conozco ha estado anclado siempre a la mentira y a la inseguridad, el mundo que quiero conocer está corriendo más rápido que yo en este instante, voltea y me saca la lengua desafiándome a llegar a él antes de los veintisiete.

Eres un maldito mundo hijo de puta, lleno de verdades y de gente normal. No eres el indicado pero si el necesario, si das un paso más, o te alcanzo o renuncio a ti, a este, y a todos los demás.


PARANOIA II
Caminaba mientras yo tomaba un café,
Traía de su mano el viento equivocado sin saberlo
Ignoré lo que traía,
En su rostro, en la curva de sus labios
En cada sílaba de sus pasos me fijé.

De la puerta de mi casa a la puerta de mi cuarto
Existían veinte pasos. Los conté.
Veinte pasos separaban la luz de la oscuridad
Veinte pasos que marcaban el adiós de una vida
Y el inicio de otra.

Oscuridad necesaria para asesinar demonios
Demonios que pedían ser visto de frente.
Oscuridad necesaria para recurrir a futuros que no existen
O que existían solo en la mente de alguien
Que contaba los pasos de la puerta a su cuarto
De alguien que miraba la misma imagen tantas horas
Necesarias dentro de una oscuridad estable.

Alguna noche dijo que pensaba en mí,
Y el mundo se detuvo.
Al menos para mí.
Eran los boletos de entrada al paraíso
Y caducaban cada vez
Que hacía tiempo buscando un taxi.

Alguna noche dijo que me quería,
Y lo hacía sonriendo
Achinando los ojos que me miraban
Arqueando los labios y moviendo las pupilas.
Eran situaciones y recuerdos incaducables.

Alguna noche respiró junto a mi
Mientras la besaba frente al mar,
Frente a la gente,
Frente a Dios.
La oscuridad era estable,
Veinte pasos hacia atrás estuve esperándola
Veinte pasos hacia adelante estaba ella,
Esperándome.

Era el mundo que quería,
Era mi barba rosando tu mejilla
Eran tus dedos encajando con los míos
Eran tus brazos rodeando mi cuello.
Eran los míos rodeando tu cadera.
La oscuridad traía luz,
y eras tú la chispa en medio de la hoguera.

Lo eras.

La oscuridad se volvió inestable,
Los demonios no habían muerto y asaltaron
A mi vida por el cuello y a su vida por la espalda.
Algunas noches sentía que ya no pensaba en mí
¿Pero si pienso todo el tiempo en ella?
Los boletos caducaban cada vez más pronto.
Empezó a odiar los taxis, el sol, los días.

Alguna noche dijo que me quería
Ya no existían curvas en sus ojos,
Ya no arqueaba ni movía las pupilas.
Seguían siendo situaciones y recuerdos inexpirables.
La oscuridad se volvía inestable.

Alguna noche respiraba lejos de mí,
No volvimos a ver el mar en silencio,
Dios se marchó.
Veinte pasos hacía cualquier lado,
Sólo dudas, y ya no tu voz.

Era el mundo que conocía,
Era mi barba extrañando tu mejilla
Eran mis dedos desencajando de los tuyos
Eran tus brazos ignorando a los míos
Eran los míos buscando tu cadera.
La oscuridad volvía a ser oscuridad,
Gas inflamable en medio de la hoguera.

Los amores siempre fueron así,
Nunca importaron los nombres,
Ni los detalles, ni los poemas
Ni los cuentos en los bares
Ni las promesas de alquiler.
El círculo empezaba así,
y terminaba así,
Encontrando la vida eterna en tus venas
Y perdiendo los boletos del paraíso
cada que alguien dice adiós.