.Jigsaw
Niña.
Una canción,
Una cinta
Un día nublado
Una rosa
El paredón ha llamado a mi puerta
soy un esclavo
de aquellos que sueñan
que respiran los miedos
Y se van.
La canción me recuerda tu sonrisa,
tan dulce como tus palabras
Tan real como tu brisa
Que esconde tu prisa,
y resalta tus miradas.
La cinta me lleva al pasado
A los paseos de collet’s y teatros
A las preguntas y respuestas
Tan inquietas como lluvias de verano
- “¿Qué piensas ser en el futuro?”
- Madame, el futuro ya me ha alcanzado.
¿Intentaré presentarme de nuevo?
Mejor dame la mano, e inventa un escape
de aquellos que te alejan de los sueños
que sin permiso te llevan muy lejos
y donde mis pasos a tus miedos, no atrapen.
Miro hacia atrás y no encuentro casi nada,
el espejo que me perseguía se ha fundido entre la lluvia
como si las veces que decías que era yo el de tu mirada
hayan perecido con el olvido que le diste a su agonía.
Miro atrás, y te encuentro muy rendida
como si te resignaras a morir en compañía
de esa soledad que mantienes encarcelada
por culpa de tus pecados, y mis ironías.
La canción me recuerda a tu sonrisa,
al escape entre las copas y recuerdos,
de las líneas de tu cuerpo en mis pupilas
cuando hiciste de las cenizas de ese invierno
un cóctel de mariposas navegando en el desierto
de tus manos, de tus dedos, de tus secretos.
Me olvido un instante de tus besos,
y me vuelvo esclavo, prisionero
de tus manos, de tus sueños,
como un viejo cofre de recuerdos
hundido en el mar de tu inocencia,
soy un esclavo, atado de manos,
de aquellos que sueñan
que respiran los miedos
Y se van.