martes, 26 de julio de 2011

SOÑAR UN POCO


.Jigsaw


Niña.

Una canción,
Una cinta
Un día nublado
Una rosa
El paredón ha llamado a mi puerta
soy un esclavo
de aquellos que sueñan
que respiran los miedos
Y se van.

La canción me recuerda tu sonrisa,
tan dulce como tus palabras
Tan real como tu brisa
Que esconde tu prisa,
y resalta tus miradas.

La cinta me lleva al pasado
A los paseos de collet’s y teatros
A las preguntas y respuestas
Tan inquietas como lluvias de verano
- “¿Qué piensas ser en el futuro?”
- Madame, el futuro ya me ha alcanzado.

¿Intentaré presentarme de nuevo?
Mejor dame la mano, e inventa un escape
de aquellos que te alejan de los sueños
que sin permiso te llevan muy lejos
y donde mis pasos a tus miedos, no atrapen.

Miro hacia atrás y no encuentro casi nada,
el espejo que me perseguía se ha fundido entre la lluvia
como si las veces que decías que era yo el de tu mirada
hayan perecido con el olvido que le diste a su agonía.

Miro atrás, y te encuentro muy rendida
como si te resignaras a morir en compañía
de esa soledad que mantienes encarcelada
por culpa de tus pecados, y mis ironías.

La canción me recuerda a tu sonrisa,
al escape entre las copas y recuerdos,
de las líneas de tu cuerpo en mis pupilas
cuando hiciste de las cenizas de ese invierno
un cóctel de mariposas navegando en el desierto
de tus manos, de tus dedos, de tus secretos.

Me olvido un instante de tus besos,
y me vuelvo esclavo, prisionero
de tus manos, de tus sueños,
como un viejo cofre de recuerdos
hundido en el mar de tu inocencia,
soy un esclavo, atado de manos,
de aquellos que sueñan
que respiran los miedos
Y se van.





viernes, 6 de mayo de 2011

MONÓLOGO II



"Si me vieras volver ¿recordarás la vez que pediste que me vaya?"

- ¿Quién eres?
* Soy yo, frente a ti.
- ¿Qué intentas?
* ¿Comprendes las cosas que nunca pasaron?
- Nunca pasaron, no las entiendo…
* Bien, jódete y cierra la puerta…
- (cierra la puerta) Tengo miedo, ¿estás nervioso?
* ¿Cuántas veces mirabas con los ojos cerrados más allá de tus labios?
- Siempre, suena estúpido, pero lo hago siempre, es natural.
* Listo, apaga el móvil, prende la radio.
- (Lo apaga, play a “Lobo hombre en París”) ¿Quieres decir algo?
* Si me vieras volver ¿recordarás la vez que pediste que me vaya?
- Nunca te lo pedí, quédate aquí.
* No puedo.
‎- ¿Qué haces?

* Quiero matarte (saca el revolver, apunta)
- No lo hagas, no es necesario.
* Si lo es, ¿entiendes el eco del viento rozando en mis manos?
- No, no lo entiendo.
* Yo si, toma el revolver. Apunta y dispara.




lunes, 28 de marzo de 2011

El frío mata

Ante las adversidades de la vida, si te derriban un brazo, impúlsate con los pies y avanza, avanza.

El frío mata. Nos quiere derrotar.

La ciudad es grande, el temblor de tus hombros y tu cuello helado también lo son.
Yo te miro desde la ventanilla y me congela tu semblante, estás fría, eso mata, eso me mata. Rápidamente me dirijo a nuestra siguiente estación. Siempre esperando, siempre con alguien de blanco/celeste por atendernos. El tiempo corre, la gente corre y el dolor también.

Habíamos olvidado por un instante lo trascendental de los días. El correr de las horas y el pasar de las tardes. Se nos había olvidado por completo la víspera de un nuevo paso. Nada importaba pues, entre tantas cosas, entre tanta gente y tanto vestido blanco/celeste el dolor avanzaba.

El frío me invade, el dolor me sorprende la impotencia me recae pero no me importa, ya di suficientes pasos ahora me faltan los tuyos y los voy a dar. Empujando casi siempre, agotadas son las horas que se van pero estos pasos, estas manos y estos ojos no se paran ni se cierran, hay un dolor que terminar y no me daré por vencido. Esta vida me está dando de flechazos y aun tengo la coraza dura para saberla enfrentar.

El frío mata, y es más de lo mismo. Ya no se qué hacer, no sabemos que más hacer solo vemos impotencia y frustración. Las limitaciones nos condenan pero puedo hacerte aún sonreír. Podemos sonreír a pesar de las lágrimas que ya dejamos derramar. La vida como la conocemos empieza a jugarnos mal. Esperamos demasiado y encontramos las mismas soluciones ya fallidas. El cansancio me doblega pero el frío me impulsa a no dejarme derrotar.

NO NOS VAN A DERROTAR.

No puedo irme, no puedo dejarte así. Por momentos me alejo con alguna excusa pues es demasiado e insoportable. No quiero que veas nuevamente mi fragilidad. Pero aún tengo armas. Si los que son “especialistas” no lo consiguieron yo debo conseguirlo a mi manera. Me echo al ruedo nuevamente buscando soluciones y consigo una. Ya no estás fría, ahora tienes algo más efectivo. Pero se necesita de más. Sigo haciéndote sonreír porque al final es lo único que nos ayuda. Cae la noche. Cae el alivio a nuestros pies. Te veo mejor que hace unas horas. Aún faltan otras más y las esperamos pacientes.

Estamos ganando.

Llegó la hora. La calma viene acompañada de otro dolor y yo me refugió un segundo dentro del servicio de tu sala. Aunque traté de ser fuerte pude oír tu grito desorientado. Maldita sea DIOS SI EXISTES ARRÁNCAME LAS RODILLAS Y DÁSELAS A ELLA. Acomodo todo para estar siempre a tu lado. El frío comienza a camuflarse por las entradas de la sala. Yo siento frío pero no es la primera vez, yo puedo soportarlo y sin que te des cuenta me he quedado solo con pijama y te he cubierto de pies y manos. Intento mantener la temperatura mientras duermes a como dé lugar. Finalmente caí en sueño con la esperanza de despertar mejor.

Ya de mañana hay buenas noticias. El dolor está en su estado más mínimo y “normal”. No sé si se pueda considerar algún tipo de dolor consciente y soportable para ti, pero estás mejor. Lo logramos. Empiezo a hacerte sonreír y esta vez eres tú quien me da el aviso. FELIZ DÍA MI AMOR. De las cuatro veces que logré celebrar esto siento y soy capaz de afirmar que ninguna me hizo sentir la alegría, conformidad y optimismo que esta vez. Conseguimos muchas cosas en un solo día. Avanzar un paso, vencer a la vida, hacerte sonreír y no dejarnos derrotar. Tu semblante es mejor, aun hay frío pero sabemos cómo evitarlo. Salgo apresurado y es inevitable pensar en la odisea anterior. Yo estoy sentado y pienso lo he logrado, tú quizás sigas en tu sofá tranquila, esperando mantener las energías a tu lado. Estoy lejos, estoy feliz.

LO LOGRAMOS, NO NOS DERROTARON.

Aún así solo es una batalla, nos falta la guerra. Yo ya conseguí mis caballos y te estamos resguardando. La ganaremos, lo prometo.

Lima, 28 de Marzo, 2011.





jueves, 6 de enero de 2011

DISTANCIA

Llego a casa después de quince minutos de viaje. Abro la puerta y no encuentro nada. Otra vez siento que el mundo conspira en mi contra y que será en vano intentar tan siquiera pensar que lo puedo lograr.

Apago las luces y pienso: somos dos fichas de un ajedrez y tú estás de blanco a mi espera y yo de negro intentando sigilosamente poderte encontrar, retenerte y ganar. En analogías simples soy un guerrero a caballo avanzando en “L” intentando persuadir a la reina de blanco. Pero vuelvo a mi mundo y estoy aquí botado, no de negro ni tengo un caballo como poder llegar y en realidad tu estás esperando a que yo te encuentre más rápido que lo normal o que por lo menos lo intente. Pienso que cada noche abres los brazos por si me vieras llegar y te duermes creyendo que no lo quise intentar y te envuelves en una sombra inesperada que miente y te hace ver algo que no es verdad, yo mientras me refugio entre los recuerdos, las fotos y las huellas que entre tantos días y tantas horas con tantos instantes, supimos inmortalizar.

Esta distancia es una tortura con heridas que solo tú puedes borrar cada que en desenfrenada pasión sueltas tu corona y yo dejo mi caballo y empezamos a correr saltando los cuadros bicolores y rompiendo todas las reglas de este juego que muy pronto, terminará en realidad.

Este negro caballero montado a caballo está luchando aún con espadas alejando valientemente cualquier flechazo enemigo que me haga desertar, y mientras siga cabalgando me iré despintando hasta llegar a mi reina, que me siente cada que sueña y que me besa cada que en silencio convirtiéndome en viento la encuentro, y la puedo amar.

Eres la mirada que me dice a lo lejos “ESTAS LOCO, NO TE VAYAS JAMÁS”, y yo el caballero negro y gitano que responde a ciegas, fatigado y con el corazón en la mano: ES LARGA LA DISTANCIA, PERO NO TE PIENSO SOLTAR JAMÁS…

ESPERANDO A KEPÍA
Cuando te sueño... te veo,
estas ahí, metida dentro de los momentos,
dentro de las manías y sentimientos,
dentro de mi controlado deseo...

Cuando te veo... me pierdo,
siento que vuelo y no caigo jamás,
pareciera que muero, y vuelvo a resucitar,
siento que aun estando ciego, te puedo mirar...

Cuando me pierdo... te encuentro,
te beso, y puedo explotar,
como estrella que rosa el fuego,
como lagrima que rebota en el mar...

Cuando te encuentro... te puedo amar,
te entrego mis pensamientos sin pensar,
te entrego mis razones, locuras sin final,
arrimo mi oscura vida, a tu luz celestial...

Cuando te amo... no intento dejarlo atrás,
puedo en ese instante soñar, verte,
perderme y encontrarte,
extrañarte si no puedo tenerte,
en mi soledad, te guardo en mi mente,
y en micorazón, te encierro una y mil veces más...