jueves, 6 de enero de 2011

DISTANCIA

Llego a casa después de quince minutos de viaje. Abro la puerta y no encuentro nada. Otra vez siento que el mundo conspira en mi contra y que será en vano intentar tan siquiera pensar que lo puedo lograr.

Apago las luces y pienso: somos dos fichas de un ajedrez y tú estás de blanco a mi espera y yo de negro intentando sigilosamente poderte encontrar, retenerte y ganar. En analogías simples soy un guerrero a caballo avanzando en “L” intentando persuadir a la reina de blanco. Pero vuelvo a mi mundo y estoy aquí botado, no de negro ni tengo un caballo como poder llegar y en realidad tu estás esperando a que yo te encuentre más rápido que lo normal o que por lo menos lo intente. Pienso que cada noche abres los brazos por si me vieras llegar y te duermes creyendo que no lo quise intentar y te envuelves en una sombra inesperada que miente y te hace ver algo que no es verdad, yo mientras me refugio entre los recuerdos, las fotos y las huellas que entre tantos días y tantas horas con tantos instantes, supimos inmortalizar.

Esta distancia es una tortura con heridas que solo tú puedes borrar cada que en desenfrenada pasión sueltas tu corona y yo dejo mi caballo y empezamos a correr saltando los cuadros bicolores y rompiendo todas las reglas de este juego que muy pronto, terminará en realidad.

Este negro caballero montado a caballo está luchando aún con espadas alejando valientemente cualquier flechazo enemigo que me haga desertar, y mientras siga cabalgando me iré despintando hasta llegar a mi reina, que me siente cada que sueña y que me besa cada que en silencio convirtiéndome en viento la encuentro, y la puedo amar.

Eres la mirada que me dice a lo lejos “ESTAS LOCO, NO TE VAYAS JAMÁS”, y yo el caballero negro y gitano que responde a ciegas, fatigado y con el corazón en la mano: ES LARGA LA DISTANCIA, PERO NO TE PIENSO SOLTAR JAMÁS…

ESPERANDO A KEPÍA
Cuando te sueño... te veo,
estas ahí, metida dentro de los momentos,
dentro de las manías y sentimientos,
dentro de mi controlado deseo...

Cuando te veo... me pierdo,
siento que vuelo y no caigo jamás,
pareciera que muero, y vuelvo a resucitar,
siento que aun estando ciego, te puedo mirar...

Cuando me pierdo... te encuentro,
te beso, y puedo explotar,
como estrella que rosa el fuego,
como lagrima que rebota en el mar...

Cuando te encuentro... te puedo amar,
te entrego mis pensamientos sin pensar,
te entrego mis razones, locuras sin final,
arrimo mi oscura vida, a tu luz celestial...

Cuando te amo... no intento dejarlo atrás,
puedo en ese instante soñar, verte,
perderme y encontrarte,
extrañarte si no puedo tenerte,
en mi soledad, te guardo en mi mente,
y en micorazón, te encierro una y mil veces más...



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