No siempre las cosas ocurren como las planeas. Digamos
que había planeado mucho y al final nada resultó. Y era yo recostado en mi cama
con las luces apagadas, y era ella caminando a lo lejos con las ideas algo
prendidas. Ensayé algunas líneas y en menos de un minuto alumbraban dos viñetas
azules y ninguna respuesta. Vamos, es catorce, en algún lado de su día
seguramente me extrañará.
No siempre las palabras se leen como se dicen. Llegaron
entonces los intentos de canciones, los sueños sin dormir, las listas detalladas
en papel imaginario y los intentos por acercarme un poco más a las huellas que
dejaban tus pisadas. Vamos, en algún lado de su día seguramente me necesitará.
Entonces sucedió, el catorce terminaba y seguía recostado
sobre mi cama, y seguía ella merodeando la madrugada. Digamos que al final las
cosas resultaron ser mejores
. Cada vibración y sonido del móvil se habían convertido
en su voz que no me hablaba. Mis sentidos identificaban cada luz parpadeante
como una mano que me advertía su presencia. Cada segundo imaginándola era un
segundo menos de ausencia y sobre mi cama había un cuerpo transportándose entre
el espacio necesitando retenerla. Vamos, es catorce, digamos que en ese preciso
lado de su día, ella me extrañaba, ella me quería y me besaba. Digamos que desde que llegó las letras son más simples, las ideas son más recurrentes, los caminos son más cortos, los peligros son más alegres. Solo las horas resultan ser mas cortas. Ese, pienso, era un buen motivo para sentir que tenía un pretexto para dibujar mariposas en san valentín, era un buen motivo para agregarle sentido a muchas cosas que mucho antes lo habían perdido.
Entonces comprendí que siempre es bueno despertar cuando
ya se sueña demasiado. Digamos, es catorce y dentro de sus horas se está
permitido incluso dejar de reaccionar.
Yo quisiera ser su hora en la mañana
Donde despiertes despeinada preparada para amar
Quisiera ser la calle donde saludas sonriendo en cada
esquina
Disfrutando caminar.
Quisiera ser el viento que dibuja las arrugas de tu falda
Encontrando los tesoros que me invitan a soñar
Quisiera ser la luz del día que atardece entre su vientre
Donde a cada hora me detenga a reposar
Caminar sobre las olas de su océano transparente
Que se descubren sobre sus ojos cuando empieza a
parpadear.
Quisiera ser el sol y que al medio día con el amor usted
se queme
Para que en lugar de vendas con mis besos te consiga aliviar
Quisiera ser la luna
Quisiera ser su vida
Quisiera una sonrisa envuelta en papel con detalles de tus
dientes
Que sobresalen inquietantes cuando con caricias te hago
suspirar
Mujer de muchas vidas y pocas muertes
Quisiera ser el último que le escurra las heridas
Y el primero que se gane la lotería de la vida con su suerte.
Y el primero que se gane la lotería de la vida con su suerte.
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