miércoles, 18 de febrero de 2015

Catorce de Febrero en el whatsapp




No siempre las cosas ocurren como las planeas. Digamos que había planeado mucho y al final nada resultó. Y era yo recostado en mi cama con las luces apagadas, y era ella caminando a lo lejos con las ideas algo prendidas. Ensayé algunas líneas y en menos de un minuto alumbraban dos viñetas azules y ninguna respuesta. Vamos, es catorce, en algún lado de su día seguramente me extrañará.

No siempre las palabras se leen como se dicen. Llegaron entonces los intentos de canciones, los sueños sin dormir, las listas detalladas en papel imaginario y los intentos por acercarme un poco más a las huellas que dejaban tus pisadas. Vamos, en algún lado de su día seguramente me necesitará.

Entonces sucedió, el catorce terminaba y seguía recostado sobre mi cama, y seguía ella merodeando la madrugada. Digamos que al final las cosas resultaron ser mejores

. Cada vibración y sonido del móvil se habían convertido en su voz que no me hablaba. Mis sentidos identificaban cada luz parpadeante como una mano que me advertía su presencia. Cada segundo imaginándola era un segundo menos de ausencia y sobre mi cama había un cuerpo transportándose entre el espacio necesitando retenerla. Vamos, es catorce, digamos que en ese preciso lado de su día, ella me extrañaba, ella me quería y me besaba. Digamos que desde que llegó las letras son más simples, las ideas son más recurrentes, los caminos son más cortos, los peligros son más alegres. Solo las horas resultan ser mas cortas. Ese, pienso, era un buen motivo para sentir que tenía un pretexto para dibujar mariposas en san valentín, era un buen motivo para agregarle sentido a muchas cosas que mucho antes lo habían perdido.

Entonces comprendí que siempre es bueno despertar cuando ya se sueña demasiado. Digamos, es catorce y dentro de sus horas se está permitido incluso dejar de reaccionar.



Al pie del cañón

Yo quisiera ser su hora en la mañana
Donde despiertes despeinada preparada para amar
Quisiera ser la calle donde saludas sonriendo en cada esquina
Disfrutando caminar.

Quisiera ser el viento que dibuja las arrugas de tu falda
Encontrando los tesoros que me invitan a soñar
Quisiera ser la luz del día que atardece entre su vientre
Donde a cada hora me detenga a reposar  
Caminar sobre las olas de su océano transparente
Que se descubren sobre sus ojos cuando empieza a parpadear.

Quisiera ser el sol y que al medio día con el amor usted se queme
Para que en lugar de vendas con mis besos te consiga aliviar
Quisiera ser la luna
Quisiera ser su vida
Quisiera una sonrisa envuelta en papel con detalles de tus dientes
Que sobresalen inquietantes cuando con caricias te hago suspirar

Mujer de muchas vidas y pocas muertes
Quisiera ser el último que le escurra las heridas
Y el primero que se gane la lotería de la vida con su suerte.




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