jueves, 15 de febrero de 2018

Suricata & Ranita / Veintisiete




-          ¿puedes ver que grande es el mundo desde aquí, y que tan pequeños somos con respecto a nuestro propio universo?
-          No somos nadie, ranita.
-          ¿qué te sucede ahora?
-          Hoy me he puesto a pensar sobre algo que recordé sobre mi vida.
-          Pensar y recordar, ambas cosas suceden en la mente, pero son emociones muy distintas.
-          Siempre creí que cuando cumpla 27 años, algo increíble me pasaría. Y entre todas las cosas posibles solo me pude quedar con tres opciones: casarme, ser padre, o morir.
-          Si te casas, serás padre y luego morirás.
-          Pero no podría suceder todo eso al mismo tiempo, ¿o sí?
-          Quizás… y de las tres cosas ¿cuál es la que deseas?
-          No lo sé, las tres cosas me asustan y me atraen.
-          ¿Cómo podría atraerte morir?
-          Reencarnaría, viviría de nuevo, empezaría todo nuevamente ¿sabes lo que daría por empezar todo nuevamente? ¿sabes cuantas caídas, derrotas, vergüenzas, lágrimas y desilusiones me ahorraría?
-          También te llevarías todo lo que hasta hoy te hizo feliz.
-          Bah! y de qué sirve cuando lo feo pesa más que lo bonito. Nadie ha muerto siendo feliz.
-          ¿Qué hay de tus otras opciones?
-          Quisiera casarme para hacer feliz a alguien que me ha hecho feliz.
-          Eso es algo más bonito, pero un poco egoísta y convenido. Lo haces porque lo hicieron, y si no lo hacen; no lo harías.
-          Casarse para presumir es como cocinar algo que tirarás a la basura después de servirlo. Creo en el amor, pero el amor me ha hecho leña cada que ha podido. ¿Cómo seguir creyendo en eso que te ha cortado en pedacitos casi siempre? Es como pedirle al combustible que algún día, si es que te quemas, sea capaz de apagarte.
-          Es todo eso que dices, o solo miedo a equivocarte.
-          Me equivoco siempre.
-          Siempre tienes miedo.
-          El miedo me hizo fuerte.
-          .. y necio.
-          Y algo idiota.
-          Muy idiota.
-          ¿de verdad pretendes ayudarme?
-          Pretendo comprender como es que te resulta más atractivo morir antes que casarte. ¿Qué hay de ser padre?
-          Eso te sonaría más egoísta aún.
-          No lo creo.
-          Quisiera tener mis ojos en otra persona nueva. Alguien que logre aprender lo que yo no pude ni podré. Alguien que se coma el mundo que va a venir y que no podré ni tocar porque estaría muerto. Y seguramente, alguien que herede todas las cosas que aprendí de niño. Mis ideas, mis chistes negros, mi persuasión, mi curiosidad hacia lo aburrido.
-          ¿dónde está lo egoísta?
-          No le preguntaría si quiere lo que quiero. Quizá quiera ser algo diferente, no sé, alguien normal.
-          ¿Qué hay de la madre?
-          Le amaría mucho, supongo.
-          ¿amas?
-          Siempre. Amé a la luna, amé a los besos. Ahora amo los sueños.
-          ¿y qué piensa sobre casarte, ser padre o morirte?
-          Lo mismo que piensas tú, que pensaría cualquiera.
-          Pienso que estás confundido en tus propios dilemas. Pienso que deberías descansar de tus propios pensamientos. Pienso que debes dejar de ver el color de la herida y empezar a ver el color de la cicatriz. Avanza Suricata. Avanza.
-          Morir es avanzar.
-          Morir sin querer morir es avanzar. Morir queriendo morir es una cobardía. Algún día todos vamos a morir, y nadie te devolverá el tiempo que pierdes pensando en si es correcto o no morir. Estás como aquel asno de Buridán, que tenía heno del lado izquierdo y derecho y que al no decidir de que lado comer, murió de hambre en medio del camino.
-          ¿pienso demasiado entonces?
-          Tardas demasiado en darte cuenta. Tú puedes ser capaz de resolver un crimen y de señalar culpables, de encontrar el arma y la motivación del asesinato, cuando quizá no existiese ni muerto, ni escena, ni rastros. Calma un poco tu ansiedad de creer que todo el mundo quiere hacerte daño. Quizá si sea cierto, pero ¿para que buscas el dolor dentro del propio dolor? Date el gusto de vivir. Hazte el idiota sin llegar a serlo realmente.
-          Existen asesinos que vuelven a la escena de su crimen. ¿puede un muerto volver a pedirle a su verdugo, que lo vuelva a matar?
-          Intenta ser feliz.
-          Dame una opción.
-          ¿porqué quieres a quien quieres ahora en tu vida?
-          Porqué me quiere como soy, aunque yo no me quiero como soy. Soy el peor error de mi propia vida. Un gusano de agua que respira con ayuda artificial. Un espía de pasados, un cementerio de mis propios huesos que camina sobre las mismas zapatillas siempre.
-          Nadie se atrevería a querer a alguien así.
-          Pero me quiere, no sé si como quiso antes, no sé si más, o menos. No sé si la quiero como quise antes. Quizá solo seamos un complemento o una suma de dos universos que están creando algo nuevo, y aún no me doy cuenta.
-          Quizá solo sea tu futura ex.
-          Se siente bien oír la palabra futuro.
-          Escríbele algo bonito.
-          Lo hago siempre.
-          Ámala y dile cuanto la amas.
-          Lo hago siempre.
-          Demuéstrale si es que es cierto, lo que serías capaz de hacer solo por ella.
-          Lo hago, siempre.
-          ¿le das tu amor siempre?
-          Siempre.
-          Quizá ese sea el problema. “Siempre” se volvió tan habitual, que ya no eres capaz de sorprenderla.
-          Que complicado es esto de vivir. ¿te das cuenta porque me atrae eso de morir?
-          Bueno, ahora si tienes algo de razón.
-          Pero es algo que, a pesar de todo, se vuelve interesante, muy interesante, ranita.
-          No me había puesto a pensar en lo que dices. La rutina, la jodida rutina, nos encuentra a todos alguna vez, Suricata.
-          Hay formas de evitar la rutina. Quizá haciendo tu camino un poco zigzagueante.
-          Suenas a mí, aunque tú eres más feo.
-          Pero ligeramente feliz.
-          ¿eres feliz? Quizá yo no lo sea. No me he casado, no he tenido hijos, es más, no me he muerto aún.
-          Morir es parte de la vida, es un brazo más.
-          Morir dos veces debería ser igual a vivir una vez.
-          “No me odies, quiéreme al revés”, vaya, creo que escribiré algo pronto.
-          Creo que moriré pronto.
-          ¿te sientes listo, ranita?
-          También tengo 27.



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